Los jóvenes sobrevivientes que asistían al campamento de verano del Partido Laborista noruego huyeron a nado o intentaron esconderse en los recovecos de la isla. Ahora cuentan las escenas del terror: "Fingí que estaba muerto. Se puso a unos dos metros de mí. Podía oírlo respirar. Sentía el calor del arma". La cifra de muertos asciende a 91
Crédito foto: AP
Según los testimonios de jóvenes presentes en el campamento de verano, Anders Behring Brevik -el sospechoso dijo que estaba investigando la explosión-, convocó a los jóvenes a su alrededor y en ese momento abrió fuego con un arma automática.
Los testigos describieron escenas de horror entre las 560 personas que asistían al campamento de jóvenes laboristas. Algunas de ellas, que corrieron para protegerse, recibieron disparos en el agua.
Entre los heridos estaba Adrian Pracon, que recibió un disparo en el hombro izquierdo. En declaraciones a la cadena australiana ABC desde el hospital, contó: "Disparaba a la gente desde una distancia corta, y empezó a dispararnos a nosotros. Se puso a unos diez metros de mí, y disparó a la gente que estaba en el agua".
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Según los testimonios de jóvenes presentes en el campamento de verano, Anders Behring Brevik -el sospechoso dijo que estaba investigando la explosión-, convocó a los jóvenes a su alrededor y en ese momento abrió fuego con un arma automática.
Los testigos describieron escenas de horror entre las 560 personas que asistían al campamento de jóvenes laboristas. Algunas de ellas, que corrieron para protegerse, recibieron disparos en el agua.
Entre los heridos estaba Adrian Pracon, que recibió un disparo en el hombro izquierdo. En declaraciones a la cadena australiana ABC desde el hospital, contó: "Disparaba a la gente desde una distancia corta, y empezó a dispararnos a nosotros. Se puso a unos diez metros de mí, y disparó a la gente que estaba en el agua".
"Tenía un fusil M16 (...) Cuando lo vi desde un lado gritando que nos iba a matar, parecía sacado de una película de nazis o algo así", añadió. "Empezó a dispararle a esa gente, así que me eché al suelo y fingí que estaba muerto. Se puso a unos dos metros de mí. Podía oírlo respirar. Sentía el calor del arma".
"Comprobó cómo estaba cada uno, les pegaba una patada para ver si estaban vivos, o simplemente les disparaba".
Otro testigo comentó a la cadena británica BBC: "El hombre no corría; estaba muy tranquilo. (...) Cuando le vimos llegar nos sentimos a salvo. Habíamos escuchado lo ocurrido en Oslo. Nos acercamos a él y el hombre vestido de policía comenzó a disparar".
Otro superviviente, Jorgen Benone, dijo: "La gente se escondió detrás de unas rocas. Vi cómo algunos recibían disparos". Este joven pudo salvarse echándose al agua, y ahí fue rescatado por un bote.
La policía teme que haya explosivos en la isla, y la estaba examinando. El último balance de muertos en Utoya asciende a 84, a los que hay que sumar las siete víctimas fatales del centro de Oslo.
Inicialmente, el primer ministro Jens Stoltenberg tenía previsto dar un discurso el sábado ante los participantes del campamento juvenil en esa isla, organizado por el Partido Laborista, actualmente en el poder.
"Esto duele aún mucho más porque Utoya es un lugar adonde voy cada verano desde 1974. Allí he conocido la alegría, el compromiso y la seguridad. El lugar ha sufrido ahora una violencia brutal y un paraíso para la juventud se ha convertido en un infierno en pocas horas", declaró.
"La respuesta a la violencia es más democracia, más humanidad pero menos ingenuidad", añadió. El atentado recibió la condena unánime de la comunidad internacional.
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