El recorrido sigue el sentido contrario al de la jornada anterior. Los corredores pasarán por el puerto del Télégraphe y el Galibier para terminar con una subida hacia Alpe d’Huez, que vuelve al Tour tras tres años de ausencia. Será una etapa corta, así que todos los corredores están asustados. Los menos buenos temen los tiempos de eliminación y los favoritos saben que podrían pagar caro cualquier muestra de flaqueza. La corta distancia permite a los especialistas de montaña atacar muy pronto, lo que no suele ser costumbre. Esta etapa será apasionante y, tras las últimas tres jornadas que tienen los corredores a sus espaldas, puede hacer estragos.
jueves, 21 de julio de 2011
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