- Las autoridades lusas tendrán que poner en marcha un severo ajuste
- Las medidas se debatirán con todas las fuerzas políticas
Si la cuantía final son 80.000 millones, a España le correspondería aportar en torno a 7.100 millones de euros. Para el rescate griego, su contribución será de 9.700 millones y para Irlanda, otros 2.600 millones. La contribución de cada país en los rescates se calcula en proporción a su peso en la zona euro.
A cambio, Portugal tendrá que poner en marcha nuevas medidas de ajuste en tres campos: reformas estructurales, ajustes fiscales y privatizaciones ambiciosas. De esta forma, las medidas exigidas podrían ser más severas, incluso, que las previstas en el último plan de austeridad del gobierno, cuyo rechazo en el Parlamento provocó la dimisión del primer ministro, José Sócrates.
Ante el vacío de gobierno, el nuevo plan se debatirá con todas las fuerzas políticas, ya que las elecciones generales no tendrán lugar hasta el próximo 5 de junio.
Por su parte, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha vuelto a negar que la crisis lusa se vaya a contagiar a España. Incluso, ha vaticinado que el portugués será el último rescate necesario en la zona euro.
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